miércoles, 2 de mayo de 2012

OTRA TELEVISIÓN ES POSIBLE

Uno de los métodos de aprendizaje o desaprendizaje desde hace más de sesenta años es la televisión. 
Aprendizaje es por definición y psicológicamente hablando, según la Real Academia de la Lengua, la adquisición por la práctica de una conducta duradera.
De todos es sabido que uno de los comportamientos más habituales en un niño es el de imitar conductas.
Y de todos es conocido el apego que tiene cualquier infante a la televisión. 
Se puede sacar una conclusión fácilmente sin riesgo de caer en la barbaridad ni el estruendo: LOS NIÑOS APRENDEN LO QUE VEN EN LA TELE.

A los niños de entre cuarenta y cuarenta y cinco, que sabrán de lo que hablamos en las siguientes líneas, les invito a que vuelvan unos años atrás; treinta aproximadamente, y que piensen y comparen la televisión que veíamos antes con el bombardeo a diario, minuto a minuto a que somete el medio por excelencia a los niños de hoy en día.

Hace treinta años, la televisión para niños estaba programada a unas horas en que parecía lógico que los niños debían ver la televisión (un rato es lo que perseguimos ahora los padres), con un caudal, que tampoco resultaba excesivo, y con unos contenidos que no fomentaban precisamente las patadas acrobáticas, las armas de destrucción masiva destinadas a salvar a la humanidad, sino el respeto a la naturaleza, el honor, la amistad, la cultura y la consideración a las diferencias.

No nos estamos inventando nada ni vamos a descubrir algo que no esté ya escrito (en unos medios y por unos canales más que en otros. Lo que pretendemos decir en este artículo es que si hace treinta años, con los medios de los que se disponían, que eran infinitamente inferiores se hacía una televisión que apostaba por unos valores tan alejados de la frivolidad y la violencia como La Tierra de Plutón, ahora, con las herramientas que tenemos a nuestro alcance será mucho más fácil retomar el aprendizaje donde lo dejamos hace ya más de quince años.






Y, después de pensar en esto una vez más la conclusión que sacamos con el orgullo de haber crecido rodeado de Gnomos, de Pollos con medio cascarón en la cabeza, de Inspectores de Policía que sacaban cosas sorprendentes de su sombrero, es que OTRA TELEVISIÓN ES MÁS QUE POSIBLE.



                SÍ, OTRA TELEVISIÓN ES POSIBLE,........DE HECHO ¡¡¡UN DÍA LO FUE!!!

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