jueves, 19 de abril de 2012

"Un antropólogo que estudiaba los hábitos
y costumbres de una tribu en África, y  porque él 
siempre estaba rodeado de niños de la tribu,
decidió hacer algo divertido entre ellos;
consiguieron una buena cantidad de caramelos
en la ciudad y los pusieron a todos en una canasta 
decorada con dinta y otros adornos, 
y luego dejaron la canasta debajo de un árgol. 
Luego llamó a los niños y propuso un juego:
Que cuando él dijese  "ahora", ellos deberían 
correr hasta aquel árbol. El promero que llegase a lacanasta sería el ganador,
y tendría derecho a comerse todos los caaramelos 
él solo.
Los niños fueron colocados en fila, esperando
la señal acordada.
Cuando dijo "¡Ahora!",  inmediatamente todos los niños se tomaron 
de las manos y salieron corriendo juntos hacia la canasta
Llegaron juntos y comenzaron a dividir los caramelos 
y sentados en el suelo, los comieron felices 
El antropólogo fue hacia ellos y les preguntó indignado
que por qué habían ido todos juntos, si solo uno pudo haber 
tenido la canasta.
Entonces los niños respondieron:
¿Cómo uno de nosotros podría estar feliz, 
si todos los demás están tristes?

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